Terapia miofascial
La Terapia Miofascial es una rama de la fisioterapia dirigida al tratamiento manual de los desórdenes más comunes que afectan al aparato locomotor como consecuencia de diferentes tipos de traumatismos (fracturas, esguinces, torceduras, golpes, etc., que producen dolorosas e limitantes cicatrices internas o externas limitando el movimiento y produciendo dolor), como también a raíz de los cambios relacionados con el proceso reumático, artrítico o artrósico que afecta el funcionamiento de la columna vertebral, las rodillas, los hombros y otras articulaciones del cuerpo.
En el proceso del tratamiento, el fisioterapeuta utiliza suaves estiramientos, presiones sostenidas y un posicionamiento especial para lograr cambios en el desenvolvimiento mecánico del cuerpo y así aliviar el dolor como también recuperar la alterada función corporal.
Los tratamientos son individuales y pueden tener una duración entre veinte minutos y una hora. Generalmente se aplican entre una y tres veces por semana dependiendo del tipo, la antigüedad y severidad de la patología tratada.
Las típicas dolencias tratadas exitosamente con las Técnicas Miofasciales son: lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias, hombros dolorosos, cefaleas, síndrome de la fatiga crónica, problemas menstruales, codo de tenista, secuelas del latigazo cervical, síndrome del túnel del carpo, escoliosis. Es también un tratamiento complementario dentro del tratamiento de la fibromialgia.
El sistema fascial del organismo forma una ininterrumpida red, que de diferentes modos, controla todos los componentes de nuestro cuerpo. Esta interconectada e ininterrumpida naturaleza de la fascia consiste en que todo en el cuerpo está conectado con el resto y cuando una parte de la fascia queda lesionada puede afectar tejidos que están muy alejados del original sitio de la herida. La presencia de restricciones del sistema fascial y de su estructura interna crea ¨incomodidades¨ que interfieren en el desenvolvimiento funcional apropiado de todos los sistemas corporales. El sistema fascial puede encontrarse en una excesiva tensión o puede estar demasiado distendido; en ambas situaciones, la función corporal queda afectada.
Un pequeño cambio en el sistema miofascial causa gran estrés en cualquier parte del cuerpo. No es posible mantener un cuerpo saludable sin que exista un sistema fascial saludable.
Este sistema debiera encontrarse en un equilibrio funcional para asegurarle al cuerpo el desenvolvimiento óptimo en sus tareas.